daydreamnation

daydreamnation
Daydream Nation. 1988.

sábado, 9 de noviembre de 2013

Nunca me canso de...


Nunca me canso de...

When the 16th minute of "Sister Ray" is playing, I get this eager for playing the whole "White Light/ White Heat" again, and again...but there's still one minute and a half ahead of this trip...

Lou Reed está muerto. Y yo estoy de guardia nocturna en el área de cuneros. La música no me ha abandonado, a veces yo me alejo, pero mi cerebro, gracias al Dios de el que estoy dudando, ha construido redes neuronales en las que el noise rock de "Sister Ray" se ha impreso.

Y sí, Diablo es un seudónimo de Dios, para cuando crea algo de dudosa reputación, parafraseando a Facundo Cabral. Así, sí existe este Dios que le permite a poetas como Baudelaire escribir "Las Flores del Mal" y a Lou Reed hacerle un himno a la heroína que seduce los oídos de adolescentes que están dejando los pañales de la música pop infantil y les entra de repente por las orejas: "Heeeeroin, it's my wife, and it's my life"... Niños que adecuadamente vigilados por sus padres se darán cuenta de que para la mayoría de los adictos, la drogadicción es también su tumba temprana, y también el infierno del que en verdad tenemos pruebas.

En fín, Lou Reed, el Velvet Underground con Nico, el White Light/White Heat, el Loaded, el Lulu con Metallica, la música que te obliga a investigar con qué sentido se ha creado - "...and I guess, that I just don't know. And I guess, that I just don't know".
"I'm waiting for my man, 26 dollars, in my hand". Aquí estoy, a mis 33, la edad en la que Jesús ya se había convertido en Dios, en medio de mi propia familia, con una hermosa esposa y 2 maravillosos hijos, volteando con orgullo a ver que he estado cerca del fango y no me he hundido, ja. Ok, que me he hundido, pero que de vuelto he asomado la cabeza, que me estoy desprendiendo de placas de lodo que me sirvieron para pasar la infancia y la adolescencia y que ahora ya no tienen función.

Y sí, para eso está el riff de "I'm Waiting For The Man" en mi cabeza. Para saborear esos tan agrios - que tienen por lo mismo una ínfima partícula de dulzura - recuerdos.