daydreamnation

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Daydream Nation. 1988.

sábado, 29 de mayo de 2010

"For Your Life",Presence. Led Zeppelin, 1976




Uno de los tesoros del rock mejor enterrados, ya que como canción posterior a "Achilles...", cuando aun intento recuperarme del huracán que acabá de suceder (caso similar al de "Long, Long, Long" y "Helter Skelter" en el Blanco de The Beatles), a primeras oídas pueden pasar desapercibidas sus cualidades. Pero poniendo atención se puede apreciar a cuantas bandas de Hard Rock ha influenciado hasta nuestros días. Además de ser una razón para lamentarme por no haber hecho todo lo que debí para estar en su reunión en diciembre del 2007 en el O2 de Londres.

Lo primero que se nota es la bajada en la velocidad pero no en la potencia de la guitarra. El riff y su perfecta sección rítmica, siempre precisa por el bajo de John Paul y la batería de Bonzo, que inician y dominan la canción, marcan el ritmo al que se escucharán los acordes y figuras. La transición de la segunda y tercera secciones para volver a la primera hacen todavía más sabrosa esta amalgama que tiene algo de jazz, blues y poder.

Otro solo conciso y preciso y un cierre que te hace rogar por tu vida. Son 6 minutos y medio más y el disfrute ya me hizo presa. No puedo esperar por las otras 5 piezas de esta Presencia Titánica.

martes, 18 de mayo de 2010

"Achilles Last Stand", Presence. Led Zeppelin, 1976.



Doce guitarras en capas para alcanzar la perfección, y no conseguirlo, del todo.

Quienes se han animado a leer mis desvarios habrán notado que a veces me gusta narrar y a veces vomitar la emoción que tenga en ese momento en el estómago. ¿Por dónde abordo el "Presence"?

Era una mañana de Abril, cuando nos dijeron que deberíamos ir

cuando volteé hacia tí me estabas sonriendo, ¿cómo carajos nos ibamos a negar?

Con toda la diversión por vivir, y los sueños que siempre tuvimos,

las canciones que cantaremos, cuando al fin logremos volver


En los tiempos previos cercanos a la grabación de este disco, Robert Plant tuvo un fuerte accidente en su auto. El grupo estaba en la parte alta de su carrera y algunos compromisos para ese año, gira, disco y se agregó la película documental "The Song Remains The Same". El tiempo apremiaba.


El grupo ensayó por un mes y grabó el album en dieciocho días. Jimmy Page se mantuvo dos días continuos despierto para tocar todos los arreglos de guitarra, mientras Plant se tuvo que aventar la grabación en silla de ruedas. Suficiente para hacerse una idea de cómo estuvo de tensa la grabación. Allí estaba el Jimmy con toda la intención de producir una gran obra, succionando toda la energía de sus compañeros.


1. A mi parecer el iniciar el disco con "Achilles..." tiene algo que ver con el valor que se le da a este disco por parte de los seguidores. Puede ser muy osado usar su mejor canción como la primera en este álbum y así provocar que las que le suceden se confundan con obras menores...¿Qué qué?¿Y Escalera al Cielo? Bueno, bueno, para mí, la mejor, La Última Resistencia de Áquiles.


En los primeros 20 segundos el arpegio anuncia el huracán que se avecina, entonces, arranca la primer figura con un ritmo de galope que no da tregua, inicia la épica. Al terminar el segundo verso me deleito con dos nuevas figuras, la primera volverá más tarde y no volverá a salir de mi cabeza. Es el mismo riff que utilizará Page para anunciar su solo.


El solo. Perdónenme maestros de la música si me equivoco, de todo corazón, perdón. Este riff no es tan complejo en cuanto a la técnica, pero que infinidad de cosas transmite. Cuando se está intentando tocar, o aun cuando se está tocando con la guitarra de aire, me es imposible no hacer muecas, muecas de placentero dolor. Los agudos se clavan en los tímpanos y en los lagrimales como si fuesen un sólo artefacto punzante que en el mismo momento estimulara todas las terminaciones nerviosas de mis sentidos. Cada nota me puede llevar a un cielo diferente, marca la mitad de este poema, me satisface y me intranquiliza que va la mitad final...


Los poderosos brazos de Atlas, sostienes los cielos desde la Tierra...
Yo conozco el camino, el camino, el camino...

AAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHH, AAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHH...


Para cuando se cruza el octavo minuto no hay deseo de terminar el viaje. La odisea que invitó primero a los oídos ya atrapó a los otros sentidos. De hacer palabras esta emoción, entiendo mejor lo que me sucede con las grandes canciones que llamo épicas, esas para las que 5 minutos apenas te dan el panorama o la media de su objetivo.

Al estar escuchando el tramo final, me regalan la misma figura que dio inicio al viaje, y con ella deseo acompañar los momentos en los que me enfrente con el inicio de un nuevo reto.

Han ciclado 10 minutos durante 13 años, y seguirán cerca de mis momentos de alegría, de emoción, de coraje, de sentir mi vida.

Experiencia aparte: viajar a 140 km/hr por el viejo descenso de Saltillo a Monterrey en un Mustang, sincronizando el vaiven de las curvas con las subidas y bajadas del mastil de esa guitarra sinuosa.

lunes, 17 de mayo de 2010

Pedro Páramo y el Feo




El Bueno, El Malo y El Feo, Ennio Morricone, 1966.

Cada vez que cruzo la carretera, de Saltillo a Monterrey, de Durango a Mazatlán, me pregunto quién vivía en las casas de adobe que ahora son ruinas. Hay ruinas a cada tramo. Voy pensando en quien soy y me intrigan esos restos.

Me imagino a mis padres, viviendo sus infancias en sus respectivos pueblos. Veo a mi papá niño, mirando hacia el horizonte, siguiendo la carretera que lleva a Durango, viajandro a través del chicle que le pegó al camión. Entonces llegó a Durango y construyó sus sueños. Vió como se caía su primer gran obra y la levantó de nuevo, mirando hacia el horizonte color naranja.

Me veo viéndolo hacia arriba - ahora hacia abajo - como a quien es más grande. Todo en menos de 30 años. Mi padre tenía 24 años cuando yo nací, y Carlos nació cuando yo tenía 23. Y, menos de 30 años antes de que mi padre naciera, mis abuelos vivían la mayoría de edad de la revolución. En menos de lo que he escrito esto, se multiplicaron los pueblos fantasma, donde sopla el viento la tierra que se come las casas.

El bueno, el malo, y el feo. Cuando tienes más de lo que te puedes gastar en toda tu vida, en medio del desierto. Cuando un camposanto al mediodía embelesa a los bandidos.