
Uno de los tesoros del rock mejor enterrados, ya que como canción posterior a "Achilles...", cuando aun intento recuperarme del huracán que acabá de suceder (caso similar al de "Long, Long, Long" y "Helter Skelter" en el Blanco de The Beatles), a primeras oídas pueden pasar desapercibidas sus cualidades. Pero poniendo atención se puede apreciar a cuantas bandas de Hard Rock ha influenciado hasta nuestros días. Además de ser una razón para lamentarme por no haber hecho todo lo que debí para estar en su reunión en diciembre del 2007 en el O2 de Londres.
Lo primero que se nota es la bajada en la velocidad pero no en la potencia de la guitarra. El riff y su perfecta sección rítmica, siempre precisa por el bajo de John Paul y la batería de Bonzo, que inician y dominan la canción, marcan el ritmo al que se escucharán los acordes y figuras. La transición de la segunda y tercera secciones para volver a la primera hacen todavía más sabrosa esta amalgama que tiene algo de jazz, blues y poder.
Otro solo conciso y preciso y un cierre que te hace rogar por tu vida. Son 6 minutos y medio más y el disfrute ya me hizo presa. No puedo esperar por las otras 5 piezas de esta Presencia Titánica.

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